El
ser humano es un ser social por naturaleza, aspecto que le permite convivir
armoniosamente con quienes le rodean en pos de realizar sus metas y construir
calidad de vida; las relaciones entre los seres humanos se basan en valores
éticos y morales que impiden que se atente no sólo contra la dignidad sino
también contra la vida, y dentro de estos valores, es preciso resaltar el
liderazgo como puente de progreso y competitividad.
El
liderazgo, desde un punto de vista personal, es una habilidad intrínseca que
poseen algunas personas, es decir, a pesar de que todo ser humano puede tener
iniciativas que favorezcan el desarrollo personal y de la comunidad, no todos
poseen la capacidad de encaminar de manera adecuada los grupos de personas en
pos del desarrollo de la misma; se habla entonces, de que para liderar, es
necesario contar con la capacidad no sólo de trabajar en equipo, sino también, de
respetar al otro, de entenderlo y motivarlo para que aporte lo mejor de sí
mismo en busca del bienestar colectivo.
El
liderazgo se traduce en iniciativa y dirección eficaz de personas para promover
el progreso, la igualdad, la competitividad y sobre todo, la calidad. La
sociedad actual requiere fortalecer el liderazgo para promover estrategias
integrales que permitan favorecer el desarrollo empresarial y social.

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